Los primates (Primates) son el orden de mamíferos al que pertenecen el hombre y sus parientes más cercanos. Los primates tienen cinco dedos (pentadactilia), un patrón dental común, y un primitivo (no especializado) diseño corporal.
El orden Primates se divide en dos subórdenes, estrepsirrinos, que incluye los lémures y los loris, y haplorrinos, que incluye a los tarseros, los monos, los grandes simios y los humanos. Se conocen unos 150 géneros, de los cuales dos terceras partes están extintos.[1]
La rama de la zoología que se encarga del estudio científico de los primates se denomina primatología.
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Origen del nombre
El nombre de "primates" fue usado por primera vez por Linneo en 1758 en su ordenación taxonómica de los animales; significa "primeros" en latín. Linneo incluyó en su orden Primates a los humanos, monos antropomorfos, monos del Viejo Mundo y monos del Nuevo Mundo, distinguiéndolos del resto de los mamíferos, a los que llamó "Secundates" (segundos) y de todos los demás animales, los "Tertiates" (terceros). Con ello, Linneo quiso evidenciar que los monos son los animales más semejantes a los humanos y que, todos juntos son los organismos "primeros" en la escala zoológica o los más completamente desarrollados del reino animal, en una visión fuertemente antropocéntrica, común en su época.[1] En ningún momento Linneo sugirió que los monos fuesen parientes o antepasados de los humanos, ideas relacionadas con la evolución que tardarían un siglo en proponerse (Darwin, 1859).
[editar] Características y tendencias evolutivas
El grupo de los primates tienen características anatómicas que se encuentran en otros grupos de mamíferos, por lo que se puede decir que no tienen una característica que les sea exclusiva. Sin embargo, poseen ciertos rasgos que en su conjunto permiten identificarlos. Como características de los primates se pueden mencionar:[2]
- Manos y pies con cinco dedos (o pentadáctilos), con muy pocas excepciones en las especies vivas.
- Pies plantígrados.
- Pulgar oponible en manos y pies (algunas especies, como el hombre, han perdido la capacidad de oponer el pulgar del pie, otras, como Ateles, carecen de pulgar en las manos).
- Dedos de la mano con capacidad de flexión, divergencia y convergencia.
- Huesos de la mano como el escafoides (o navicular), semilunar (o lunado), piramidal o triquetrum, central y pisiforme siempre presentes y discretos.
- Clavículas presentes.
- Dentición poco especializada, con 4 incisivo, 2 caninos, 4 premolares y 6 molares en cada mandíbula.
- Uñas planas en lugar de garras (en la gran mayoría de las especies).
- Visión a color (en la gran mayoría de las especies).
- Articulaciones del hombro y del codo bien desarrolladas.
- Hemisferios cerebrales bien desarrollados.
- Visión binocular (en diferentes grados).
- Órbitas oculares rodeadas de hueso.
Durante la evolución de los primates se han dado ciertas tendencias en su anatomía. Estas tendencias son:
- Preservación de cinco dedos en las extremidades.
- Aumento de la motilidad libre de los dedos, especialmente del pulgar.
- Reemplazo de las garras por uñas planas.
- Disminución progresiva de la longitud del hocico.
- Menor dependencia del sentido del olfato y mayor dependencia de la vista.
- Preservación del patrón de cúspide simple en los molares.
- Desarrollo progresivo del cerebro, especialmente de la corteza cerebral.
- Desarrollo progresivo de la verticalidad del tronco.
- Prolongación de los períodos de vida postnatal.
- Desarrollo de los procesos gestacionales relacionados con la nutrición del feto.
[editar] Locomoción
La forma como se desplazan los primates está relacionada con su forma de forrajeo. En este aspecto los primates muestran una gran diversidad de tipos de desplazamiento los cuales se clasifican en los siguientes grupos: salto, cuadrupedismo arbóreo, cuadrupedismo terrestre, comportamiento suspensor y bipedismo.
El salto está presente en especies arborícola desplazándose entre apoyos discontinuos. Son ejemplos de este tipo de locomoción los sifakas (Propithecus verreauxi), en los estrepsirrinos, quien posee unas piernas largas y musculosas. Los sifakas se desplazan saltando aún si se encuentran en el suelo; los mono ardilla (género Saimiri), en los haplorrinos, posee muslos más cortos en relación con la extremidad inferior de la pata, lo cual le permite generar grandes saltos. Exceptuando los grandes lémures como los indris y los sifakas, el resto de las especies saltadoras suelen ser más livianas que aquellos primates que se desplazan por cuadrupedismo arbóreo, por ejemplo los monos ardilla tienen pesos que oscilan entre 0,5 y 1,1 kg.
El cuadrupedismo arbóreo es más apropiada para desplazarse entre una maraña de ramas continuas, y es más segura para primates grandes. Como ejemplo se puede citar a los monos aulladores (género Alouatta), con y los mangabeyes de mejillas grises (Lophocebus albigena) de 6,4 kg en hembras y 9 kg en los machos.
El cuadrupedismo terrestre permite moverse fácilmente en el suelo firme. Algunos primates se desplazan haciendo que toda la palma de sus manos entre en contacto con el suelo como los papiones, mandriles y driles, entre otros. Otros primates se desplazan en tierra firme apoyándose sobre la cara dorsal de las falanges intermedias de los dedos segundo a quinto, no sobre “los nudillos”, como suele decirse. Esto ocurre en los parientes más cercanos de los humanos, los chimpancés y gorilas.
El comportamiento suspensor le permite al primate repartir el peso de su cuerpo entre diferentes soportes pequeños evitando la oscilación del cuerpo. Los orangutanes (Pongo pygmaeus y Pongo abelii) son ejemplo de ello. Algunos primates han desarrollado la braquiación como modo de desplazamiento principal entre las ramas. Los gibones (familia Hylobatidae) son hábiles en esta forma de desplazamiento. En el Nuevo Mundo los monos araña (género Ateles), el muriquí (Brachyteles) y los monos lanudos o churucos (género Lagothrix) utilizan su cola prénsil como un quinto miembro cuando están suspendidos.
El desplazamiento sobre las extremidades posteriores, o bipedismo solo está presente en una especie actual de primates: el Homo sapiens. Sin embargo, entre hace 2,5 a 1,8 millones de años varias especies bípedas compartieron el planeta en África, tales como el Homo habilis, el Homo rudolfensis, el Homo ergaster y el Paranthropus boisei. Los descubrimientos de esta coexistencia han dejado atrás la idea que solo hubo una especie de homínido bípedo habitando la Tierra siendo reemplazado por otro en una secuencia lineal. La locomoción bípeda estaba ya presente hace más de 4 millones de años, siendo el Ardipithecus ramidus y los famosos Australopithecus ya bípedos. Algunos científicos consideran que esta forma de desplazamiento en el linaje humano se puede remontar a 7 millones de años con el Sahelanthropus. La postura bípeda requiere un cambio en la orientación del fémur sobre la tibia modificando el ángulo. También la función del músculo glúteo medio es diferente en los bípedos y los cuadrúpedos. En las especies bípedas, como el hombre, este músculo actúa como abductor en lugar de funcionar como extensor. El bipedismo apareció en otro linaje de primates, esta vez en regiones de la actual Italia que por esa época eran islas pantanosas. Hace 8 millones de años el Oreopithecus bambolii presentaba un desplazamiento bípedo aunque su arreglo anatómico de las extremidades inferiores no es similar al de los humanos.
Algunos primates como el bonobo (Pan paniscus) y el násico (Nasalis larvatus) se desplazan bípedamente cuando cruzan zonas anegadas.
Los primates se originaron de mamíferos con dietas principalmente insectívoras, pero en la actualidad estas se pueden dividir en tres grupos dietéticos: frugívoros, folívoros (que se alimentan de hojas y brotes) e insectívoros. Sin embargo, una especie considerada como insectívora no se alimenta exclusivamente de artrópodos, por ejemplo el tití bebeleche (Saguinus fuscicollis) se alimenta de insectos en un 78%, pero complementa su dieta con frutas (18,5%), savia de los árboles (4,8%) y néctar de flores (0,3%). El chimpancé común (Pan troglodytes) que usualmente es vegetariano no desaprovecha la oportunidad de dar caza a monos colobos para obtener una porción de proteína. Estas dietas están relacionadas con las adaptaciones en la dentición e intestinos que se han desarrollado a lo largo de su historia evolutiva. Los monos colobinos (subfamilia Colobinae) muestran como adaptación a una dieta folívora estómagos saculados en los cuales se lleva a cabo la digestión de la dura celulosa.
Los alimentos en los hábitats de los primates varían considerablemente a lo largo del año, tanto en abundancia como en distribución, lo que tiene una implicación sobre las áreas de actividad. Usualmente los folívoros tienen áreas más amplias que los frugívoros. Por ejemplo, los folívoros monos aulladores (Alouatta seniculus) recorren en busca de alimento un territorio comprendido entre 4 y 60 ha, mientras que los frugívoros monos ardilla (Saimiri boliviensis) ocupan territorios entre 63 y 130 ha (en el Parque Nacional Natural la Macarena, Colombia) hasta territorios de 250 ha (en el Parque Nacional Natural Manú, Perú).
[editar] Sociedades de primates
Los primates usualmente son animales que tienen una vida social activa. El tamaño y composición de los grupos de primates es uno de los aspectos más estudiados por los primatólogos, el otro aspecto es la ecología. Las especies de primates nocturnas son solitarias, siendo la excepción los monos de noche (género Aotus), que evolucionaron de primates diurnos. La mayoría de las especies diurnas son gregarias.
Los diferentes tipos de agrupaciones presentes en los primates son: noyau, grupo monogámico, grupo poliándrico, grupos de un solo macho, grupos de solo machos, grupos multimacho, sociedad de fisión-fusión, y súper tropa.
La organización noyau se considera como lo más parecida a los mamíferos nocturnos, y se considera una forma de organización ancestral. Esta consiste de la hembra y su descendencia. Los machos y las hembras no forman grupos permanentes. Los machos tienen areales amplios incluyen áreas de varias hembras y sus crías. Los orangutanes exhiben este tipo de organización social.
El grupo monogámico está formado por el macho, la hembra y la descendencia de ambos. En estos grupos el macho no aporta cuidados a la cría, sino que se piensa que su permanencia en el grupo se da para evitar que machos rivales ingresen al areal y maten a la cría con el fin que la madre entre en celo y poder aparearse con ella. Son ejemplo de este tipo de organización los monos lechuza o monos de noche (género Aotus).
Las sociedades poliándricas se encuentran entre los tamarinos. En estos grupos, formados por varias hembras y varios machos, sólo una hembra es activa sexualmente (se presenta supresión reproductiva en otras hembras del grupo), apareándose con diversos machos durante el mismo periodo fértil. En estos grupos los machos transportan a las crías (siempre gemelos, excepto en Callimico goeldii), lo que supone una gran inversión parental.
Existen varios grupos matrilineales en los cuales hay un solo macho junto a varias hembras y su descendencia. En estos grupos los machos al crecer deben abandonar el grupo familiar. Esto ocurre en los gorilas. En el langur común (Semnopithecus entellus), los machos que abandonan sus grupos pueden formar grupos de solo machos. También hay sociedades multimacho, como en los colobos rojos (Procolobus pennantii).
Los chimpancés y los monos araña viven en grupos sociales que cambian de composición día a día. Tal organización se denomina grupo de fisión-fusión, separándose durante periodos de tiempo más o menos prolongados con el objetivo de localizar alimento, volviéndose a juntar para fines sociales o alrededor de fuentes de alimento abundantes.
En los grupos donde permanece solo machos estos están emparentados entre sí, y se ayudan para expulsar machos foráneos. En los cercopitecinos, como el mono patas (Erythrocebus patas) se forman sociedades matrilineales en las que las hembras permanecen y los machos deben abandonar el grupo. Las manadas del mono patas solo tienen un macho.
Algunas especies pueden llegar a formar súper tropas en el momento de aprovechar la abundancia local de un fruto o durante el descaso. Una súper tropa se forma por la unión de varias tropas. Este tipo de organización se puede encontrar en los mandriles y los hamadrias (Papio hamadryas).
[editar] Taxonomía y árboles filogenéticos
[editar] Relación de los primates con el resto de los mamíferos
El orden de los primates se relaciona estrechamente con otros órdenes de mamíferos, con los que forma el superorden de los euarcontoglires (Euarchontoglires) dentro de la subclase de los euterios (Eutheria). Investigaciones recientes sobre primates, lémures voladores (Dermoptera) y las musarañas arborícolas (Scandentia) han mostrado que las dos especies de lémures voladores están más estrechamente relacionados con los primates que con estas últimas (Scandentia), incluso si los tres linajes se consideraran como primates. Estos tres órdenes (Primates, Dermoptera y Scandentia) forman el clado Euarchonta. Este clado, unido con el de los Glires (formado por los órdenes de roedores (Rodentia) y el de los conejos y liebres (Lagomorpha)) vienen a formar el clado de los euarcontoglires. Algunos autores dan el rango de superorden a los euarcontos, mientras que otros lo asignan a los euarcontoglires. Algunos consideran incluso a los lémures voladores como primates, ubicándolos en un suborden aparte, y denominando a los primates como el suborden Euprimates. Este último arreglo no es muy común en la literatura.[cita requerida]
Cladograma de los Euarchontoglires
[editar] Clasificación
[editar] Cladograma
Existen dos clados principales de primates actuales, el suborden Strepsirrhini (que contiene los infraórdenes Lemuriformes, Chiromyiformes y Lorisiformes) y el suborden Haplorrhini (que contiene los infraórdenes Tarsiiformes y Simiiformes). Otra gran división existe dentro de los Simiiformes, formado por los parvórdenes Platyrrhini y los Catarrhini. El clado de los Hominoidea, contenido dentro de los Catarrhini, posee las familias Hominidae e Hylobatidae. Los hilobátidos son los gibones o "simios menores". Los hominídos, por su parte, se dividen en dos subfamilias: Ponginae (orangutanes) y Homininae. La subfamilia Homininae se divide en el clado de los gorilas (tribu Gorillini), y el de los humanos y chimpancés (géneros Homo y Pan, respectivamente). Los análisis filogenéticos apoyan la hipótesis que la dicotomía entre haplorrinos y estrepsirrinos se dio en el Eoceno temprano. Los análisis de la función sugieren que los primeros haplorrinos eran pequeños, nocturnos, insectívoros o frugívoros con una locomoción de trepador arbóreo. El cambio de patrón de actividad nocturna a diurna fue un cambio fundamental de adaptación que ocurrió en la base del clado de los haplorrinos.[cita requerida]
Hay muchas razones para asumir que las diferencias entre las hipótesis filogenéticas morfológicas y moleculares resultan de la limitaciones de evidencia morfológica. El consenso obtenido en los cladogramas para los hominoideos existentes está sustentado por numerosos datos.
[editar] Distribución
La distribución de los primates no humanos en la actualidad es mucho más reducida que la presentada por el grupo en épocas anteriores. Hoy en día se pueden hallar primates viviendo silvestremente en todos los continentes exceptuando Oceanía, Europa y la Antártida. Los primates viven en su mayoría en selvas, aunque hay muchas especies que se han adaptado secundariamente a las grandes sabanas.
La deriva continental ha jugado un papel importante en la distribuciuón actual de los primates al igual que la precipitación y la vegetación, factores que a su vez dependen del clima.
Distribución actual de los primates no humanos en el mundo.
De los dos grupos principales de primates existentes, el Viejo Mundo contiene a todos los estrepsirrinos actuales, siendo la isla de Madagascar especialmente biodiversa en este grupo, ya que la isla se aisló aproximadamente hace 88 millones de años de África, lo que generó que el grupo evolucionara en aislamiento. En estas circunstancias los lémures tuvieron una diversidad nunca antes conocida, generando incluso una especie de primate herbívoro de gran tamaño, el lémur gigante (Megaladapis edwardsi). Los estrepsirrinos también se encuentran en Asía y África continental.
Los haplorrinos se encuentran distribuidos por África, Asía y América (hasta México al norte); en Europa solo hay una población silvestre de macacos en Gibraltar (Macaca sylvanus), la cual fue introducida por los ingleses en 1704, por lo que no cuenta como distribución natural de la especie. Los primates catarrinos se encuentran restringidos al Viejo mundo, a excepción del ser humano, mientras que los primates platirrinos están restringidos a América, siendo las especies de mono aullador negro (Alouatta pigra) el mono aullador de manto (Alouatta palliata mexicana) y el mono araña (Ateles geoffroyi vellerosus), las más septentrionales.
En Asía la distribución más suroriental es determinada por la línea de Wallace, un límite biogegráfico debido a una falla submarina (la falla de Wallace) que evitó que durante los períodos glaciares se dispersaran elementos faunísticos al bajar el nivel del mar y conectarsen islas. Este límite biogeográfico explica porque no llegaron gálagos y orangutanes a Nueva Guinea y Australia.
Australia carece de primates ya que cuando la placa australiana se separó de la Antártida hace 40 millones de años especies de este grupo aún no habían llegado a estas tierras del sur.
[editar] Historia evolutiva
Según los últimos estudios,[3] parece que los Primates debieron de originarse hace unos 185-180 millones de años, en el Jurásico. Con dudas, el primer primate conocido es Purgatorius ceratops de finales del Cretácico. Este mamífero se asigna al grupo de los plesiadapiformes, el cual está ya bien representado en el Paleoceno, entre hace 65 y 55 millones años. Muchos linajes surgieron de los plesiadapiformes hasta que el grupo se extinguió en el Eoceno. El fósil de Plesiadapis pertenece a este grupo. Muchos investigadores no consideran a los plesiadapiformes como primates, ya que no parecen poseen un pulgar oponible en el pie, ni uñas planas en lugar de garras. Sin embargo, todo indica que los plesiadapiformes son el grupo que está más relacionado con los primates actuales.[4]
Los verdaderos primates o euprimates aparecen en el registro fósil en el Eoceno, estando bien representado en Eurasia y Norteamérica. Estos primates primitivos se clasifican en dos familias, la de los omomíidos (Omomyidae) y la de los adapiformes (Adapideae). Los adápidos se parecen a los lémures y loris, pero no se puede afirmar que sean sus antepasados. En el Eoceno la distribución de los primates era más amplia que la actual, muestra de esto es que el adapiforme Notharctus habitaba Norteamérica hace 50 millones de años.
Hace 42 millones de años vivió Eosimias centennicus el cual ya pertenece al grupo de los catarrinos, grupo al que pertenecen los monos, los grandes simios y el hombre. Hace 40 millones de años vivió el Bahinia pondaungensis que pesaba sólo unos 400 gramos y vivía entre los árboles. El diseño de sus dientes fosilizados sugiere que se alimentaba principalmente de insectos diminutos. Los investigadores creen que este primate pertenecía a la familia de los tarseros. Los tarseros durante el Eoceno también habitaron Europa, África y Norteamérica.
Ya en el Oligoceno los paleontólogos cuentan con un registro fósil más rico, especialmente por los restos de El Fayum, en Egipto. Aquí se han encontrado restos de primates relacionados con los tarseros tal como Afrotarsius chatrathi. Este yacimiento también cuenta con restos de simios de entre 30 y 37 millones de años. De estos el más importante es Aegyptopithecus zuexis, ya que se considera como uno de los catarrino más antiguos. De igual manera el Apidium es otro fósil oligocénico que se relaciona con los platirrinos del América del Sur por tener una fórmula dental similar a la de muchos de estos.
El poblamiento de América del Sur por parte de los primates se considera un fenómeno de vicarianza. En el Oligoceno América del Sur era una isla no muy alejada de África. Es probable que balsas con vegetación y algunos primates dispersaran el grupo de un continente a otro utilizando islas volcáncas como facilitadoras del paso. Las paleo-corrientes marinas del Oligoceno habrían facilitado la colonización primate del Nuevo mundo. De una manera similar se pobló Madagascar con los antepasados de los lémures.
En el continente americano el fósil más antiguo es Branisella boliviana con cerca de 27 millones de antigüedad. Ya el Mioceno Suramericano se encuentran los géneros Chilecebus, Dolichocebus, Lagonimico Tremacebus, Cebupithecia, entre otros.
Durante el Mioceno se originó en África el grupo de los hominoideos, superfamilia a la que pertenece el hombre y los grandes simios. El Proconsul vivió antes de la separación del linaje de los gibones. Posteriores a este encontramos al Afropithecus, el Kenyapithecus y el Moropithecus, este último considerado como el simio más antiguo con un plan corporal más parecido a los antropomorfos vivientes.
Hace 17 millones de años los hominoideos pasan de África a todo el Viejo mundo. En Europa vivió el Dryopithecus, el Ourunapithecus, y el Ankarapithecus, el Sivapithecus en Pakistán, y el Lufengpithecus en China. Estos simios fósiles se clasifican como homínidos de la subfamilia en la que está clasificado el orangután (Ponginae).
La diversidad de los ponginos en el Mioceno se debió a que climas más benignos permitieron que los bosques que sustentaban a los grandes simios estaban más extendidos en Eurasia por aquella época.
Hace 9,5 millones de años vivió en la parte central de Italia y Cerdeña, que por aquel entonces eran parte de una isla, el simio Oreopithecus bambolii quien presentaba una locomoción bípeda, lo cual constituye un caso de convergencia evolutiva con los homininos.
Durante el Plioceno se extienden las sabanas a expensas de los bosques. En este período geológico aparecen los homínidos bípedos Ardhipithecus y los Australopithecus. Finalizando este período aparece el género Homo y el Paranthropus.
En la actualidad una especie de primate, los humanos actuales aparecida hace unos 200.000 años, se ha convertido con sus acciones en el principal factor de extinción de sus parientes más cercanos.
[editar] Conservación
Al igual que muchos otros grupos de organismos, muchas especies de primates se encuentran amenazadas de extinción. El hombre ha llevado a la extinción a varias especies desde que empezó su dispersión en el globo.
Klaus Toepfer, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente afirmó en 2001 que en la próxima década podrían extinguirse los grandes simios.
El Atlas Mundial de los Grandes Primates y su Conservación, publicado en 2005 por las agencias ambiental y de biodiversidad de la ONU señala que los asentamientos humanos, la tala de bosques y la minería podrían hacer que los orangutanes en algunas partes de Indonesia pierdan la mitad de su hábitat en los siguientes 5 años. El informe indica que todos los grandes simios están en peligro crítico, lo que quiere decir que su número ha caído o caerá un 80% a lo largo de tres generaciones.
Los principales factores que amenazan a los primates son:
- Destrucción del hábitat. Sin lugar a dudas la destrucción del hábitat es la principal causa que está contribuyendo a la desaparición de las poblaciones salvajes. El contínuo crecimiento de la población humana lleva a que cada día se destruyan más bosques por la expansión de las ciudades y en busca de tierras cultivables y para extracción de madera. Cerca del 90% de los primates no humanos habitan en las selvas húmedas de África, Asia, Centro y Sudamérica y estos bosques se están talando a una tasa de más de 10 hectáreas por año.
- Cacería de primates para consumo de su carne. En las selvas de Brasil, primates como los monos aulladores (Alouatta), los lanudos (Lagothrix) y los capuchinos (Cebus) son regularmente cazados por su carne. En África, los monos y los simios son disparados y vendidos en el mercado como “carne exótica”. En la película colombiana "Soñar no cuesta nada se muestran escenas del 2003 en las que el ejército colombiano debe recurrir a la cacería de primates silvestres en las selvas del sur de Colombia para complementar su dieta. Michael Hutchins, presidente del Grupo de Trabajo sobre la Caza de Animales por su Carne afirmó en 2001 que cada año se consume en la cuenca del Congo hasta un millón de toneladas de carne de animales salvajes, equivalentes a cuatro millones de cabezas de ganado. Los cazadores suelen preferir especies de mayor tamaño, por ejemplo en África los cazadores prefieren cazar especies de Colobus que de Cercopithecus, pero a medida que el número de individuos de especies grandes disminuye pasan a otras más pequeñas. Otras organizaciones mencionan que esta práctica puede poner en riesgo la salud humana ya que la práctica de cacería y consumo puede favorecer el paso a los humanos de virus como el ébola y el VIS (Virus de la inmunodeficiencia simiesca, antepasado evolutivo del VIH). Además de primates, los cazadores africanos también matan elefantes, lagartos, gallinas de guinea, jabalíes y antílopes de bosque.
- Tráfico de primates como mascotas o para obtener productos. Los primates también son cazados para otros propósitos, la carne del langur (Trachypithecus johnii) y del macaco cola de león (Macaca silenus) es vendida por supuestas propiedades afrodisíacas y medicinales. De igual manera la sangre del langur de Phayre (Trachypithecus phayrei) en Tailandia es comercializada porque hay la creencia que imparte vigor a quien la bebe. En Sudamérica los monos lanudos (Lagothrix) y los monos araña (Ateles) son atrapados para ser utilizados como cebo para capturar ocelotes y jaguares. Suerte similar corren otras especies de primates en Sri Lanka en donde se capturan para ser usados como cebo en la caza de cocodrilos.
El sileno
(Macaca silenus) se caza para consumo humano por la creencia de que tiene propiedades afrodisiacas.
En muchos países los primates se venden como mascotas, pero para esto deben ser capturados siendo bebés y en el proceso es necesario matar a sus madres. En otras partes se da muerte a los primates por considerarlos plagas para la agricultura; es el caso de las especies de capuchinos (Cebus), babuinos de sabana (Papio), y de los macacos (Macaca) en América, África y Asia respectivamente.[5]
Los primates también han sido capturados para permitir la investigación médica. El número más alto de capturas se alcanzó en los años 1950’s y continuó por los años 1960’s alcanzando los cientos de miles. De India se exportaron una gran cantidad de macacos rhesus (Macaca mulata), en los esfuerzos que condujeron al desarrollo de una vacuna contra la polio. De Sudamérica se exportaron para la experimentación monos ardilla (Saimiri). La aparición y expansión del virus del VIH llevó a la captura de cientos de chimpancés comunes (Pan troglodytes) para buscar una cura contra el sida. En 1992 la IUCN elaboró un documento denominado “Estamento sobre el uso de primates para propósitos biomédicos” en el que hace recomendaciones sobre las especies en peligro de extinción y las vulnerables. Desde la década de 1980 en adelante el desarrollo de técnicas de trangénesis ha permitido hacer del ratón de laboratorio un animal muy útil, en especial los ratones knock-out, lo cual disminuye la presión sobre los primates silvestres.
Las especies de primates en peligro de extinción son listadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (IUCN, por su sigla en inglés). Esta entidad realiza "la lista roja" de las especies amenazadas de extinción. Es de notar que desde la publicación de la primera "lista roja" la cantidad de especies de primates amenazadas aumentó de 96 a 166 entre las 600 existentes en el planeta. La cantidad de especies de primates en peligro crítico subió de 13 a 19 desde 1996. El informe también documenta la reciente extinción de una especie de primate, el colobo rojo de la señorita Waldron, un primate propio de las selvas de Ghana y Costa de Marfil. La destrucción de las selvas por la actividad maderera y la construcción de caminos crearon fragmentos de bosque o bolsones aislados devastados por cazadores dedicados al lucrativo negocio de la carne selvática.
Las creencias supersticiosas también han tenido que ver con la eliminación del aye-aye (Daubentonia madagascariensis). Este primate es matado por los lugareños de Madagascar porque lo consideran de “mal agüero” debido a sus hábitos nocturnos y apariencia particular.
[editar] Primates críticamente amenazados
La IUCN[6] reserva la categoría "Críticamente amenazado" (Critically endangered, en inglés) a aquellas especies que tienen las siguientes características: Su extensión es menor a 100 km² y su población se calcula en menos de 250 individuos maduros, y/o si los análisis cuantitativos indican la probabilidad de extinción en la naturaleza del 50% dentro de 10 años o en tres generaciones.
Primates estrepsirrinos críticamente amenazados
Primates platirrinos críticamente amenazados
Primates catarrinos críticamente amenazados
[editar] Primates en peligro de extinción
Una especie se considera en peligro de extinción si la extensión en la que habita es menor a 5.000 km², si el número de su población es inferior a 2.500 individuos y/o si el análisis cuantitativo muestra la probabilidad de extinción es del 20% dentro de los próximos 20 años o en cinco generaciones. Estos son los primates en peligro de extinción, según la IUNC:[6]
La destrucción de la selva atlántica brasileña es una de las principales causas que han llevado al tamarino dorado
(Leontopithecus rosalia) a estar amenazado de extinción. Los primates ubicados en esta categoría pueden llegan a desaparecer en los próximos 20 años, si no se toman correctivos.
Primates estrepsirrinos amenazados de extinción
Primates platirrinos amenazados de extinción
El macaco negro crestado
(Macaca nigra) habita únicamente la isla de
Célebes, y otras próximas en
Indonesia. El endemismo es un factor que hace más vulnerable a una especie a la extinción.
El langur de François (
Trachypithecus francoisi) no está en peligro de extinción, pero es vulnerable. En esta categoría el riesgo de extinción puede presentarse dentro de 100 años. Otros parientes pertenecientes a este género están en una situación más apremiente.
Primates catarrinos amenazados de extinción